EL MUNDO NO ESTABA PREPARADO PARA MICHAEL DE SANTA

-DE CÓMO UNO DE LOS MEJORES PROTAGONISTAS DE LA SAGA GRAND THEFT AUTO FUE TAMBIÉN EL MÁS INCOMPRENDIDO- 

“Te crees muy listo pero eres más tonto que un bocao en la polla, macho. Es muy obvio que sacas ahora tu estúpido artículo que a nadie le interesa sobre un personaje que a nadie importa, en un patético intento de rascar visitas hablando de Grand Theft Auto ahora que está todo el mundo como loco por la sexta entrega. Ya te lo digo yo: NO CUELA. Ahora deja de ponerte en evidencia, que ya empiezas a dar lástima”.

Las probabilidades de que en estos momentos tu opinión sea algo como esto son exageradamente altas, y mira, te confesaré algo: Por una vez, no vas muy desencaminado. El reciente tráiler de GTA VI ha aumentado las expectativas del público casi tanto como si se hubiese anunciado el mismísimo Half Life 3. Y esto me ha hecho pensar que ya hace nada más y nada menos que diez años desde que saliese al mercado el quinto juego, lo cual me ha hecho revisitar este título una vez más y darle vueltas a una idea que llevo madurando desde que lo jugué por primera vez, y ahora, con la perspectiva única que te brinda el paso del tiempo, me reafirmo en mi opinión y quiero compartirla contigo. “No Pepino, no hace falta, de verdad, mejor quédate calladito que estás más guapo y nos dejas en paz” dices tú. Que sí hombre, ponte cómodo y debatamos juntos acerca de la narrativa y los personajes de Grand Theft Auto V. Que te lo vas a pasar muy bien, ya verás. Te soltaré el brazo cuando te sientes y te calmes. 

Cuando el primer Grand Theft Auto vio la luz allá por 1997, vino con la idea de revolucionar el videojuego tal y como lo conocíamos utilizando el siguiente concepto como base jugable: Libertad. Por supuesto el juego contenía una serie de misiones pero no fue eso lo que lo catapultó a la fama, sino la posibilidad de robar cualquier vehículo y conducir donde quisieras con él, atropellar gente,  caminar por las calles que te diera la gana, enfrentarte a la policía, cometer genocidios a placer… Y como el ser humano es un sádico hijo de puta por naturaleza, como ya vine a explicar en cierto artículo, pues resulta que la idea gustó mucho. 

Mi primer contacto con la franquicia fue con Grand Theft Auto II, y me encantó eso de poder hacer el cabra y poner patas arriba toda una ciudad. 

El tiempo transcurrió y una nueva revolución tuvo en nuestras consolas, nuestros ordenadores y nuestras vidas cuando hizo aparición Grand Theft Auto III, el primero que nos presentaba un mundo en completas 3 dimensiones. Si bien la saga hasta ahora era un festival de masacres, todo era muy arcaico y el jugador tenía que poner toda su imaginación por su parte para insuflar vida a sus pequeños sprites que se movían en esas ciudades vistas desde una perspectiva cenital.

La tercera entrega numerada de la franquicia cambió eso. Ahora podías ver con todo lujo de detalles los tiroteos, atropellos, palizas, atracos y derrapes que podías ejecutar mientras jugabas a esto. Y sobre todo este juego destacó por la sensación de libertad. Ahora ésta era mucho mayor que antes, ya no solo por poder moverte también por la tercera dimensión, sino porque podías realizar una mayor cantidad de acciones y conducir una variedad mayor de vehículos. También había por fin una trama bien definida, que se sostenía en cinemáticas muy peliculeras movidas con el propio motor del juego y con grandes diálogos, como después acabaría siendo habitual en la saga. 

En este GTA III, al igual que en la anterior entrega, manejabas a Claude Speed, quien se veía envuelto en una carrera por ascender a la cima de los bajos fondos mafiosos de Liberty City. Al ser una trama un tanto genérica y siendo Claude un protagonista mudo, no es que fuera un derroche de carisma precisamente, pero era algo que no nos importaba en absoluto porque lo importante era causar el caos por la ciudad.

Años mas tarde Rockstar sorprendió a propios y extraños con la siguiente parte de la franquicia, Grand Theft Auto: Vice City. Aquí manejábamos a Tommy Vercetti en una trama que homenajeaba muy claramente a Scarface, esa magnífica película de Brian de Palma protagonizada por el gran Al Pacino. Aquí nuestro avatar ya sí que tenía voz (¡la de Ray Liotta, nada menos!) y el argumento estaba más elaborado, lo cual era de agradecer.

GTA: Vice City es uno de los favoritos de muchos sobre todo por la pedazo de banda sonora que tenía. Por supuesto, yo me incluyo entre ellos.

Fue aquí donde en algún me planteé lo que creo que todos hemos pensado alguna vez jugando a GTA: “¿Y si trato de ser un ciudadano normal?” y me ponía a intentar conducir de forma responsable, respetando las normas de circulación. O me ponía a caminar por las calles como si fuera un NPC más. Cuando hacía eso, me gustaba imaginarme que en lugar de ser un criminal, era una persona normal y corriente, con su trabajo, sus obligaciones, sus problemas y sus dramas personales.

¿Alguna vez, presa del aburrimiento, te has puesto a imaginarte las vidas de las personas que viajan contigo en el autobús, o que esperan en la puerta de embarque de tu vuelo, o que simplemente te cruzas por la calle? ¿no? pues vaya, debo estar más loco de lo que pensaba. El caso es que a veces yo sí lo hago, y lo hacía también en Vice City, fantaseando con que mi avatar era una persona diferente con una vida diametralmente opuesta a la que realmente tenía. Ya te conté en otro artículo cómo me gusta explorar los límites de cada videojuego, y la imaginación que puedo llegar a tener.

Todos en algún momento hemos “roleado” que éramos un ciudadano más y hasta respetábamos los semáforos en rojo. Pero eso al final era más aburrido que chupar un clavo, así que tras cruzar dos calles ya volvíamos a liarla de nuevo.

Llegamos al año 2004 y Grand Theft Auto: San Andreas cambiaba las mafias italoamericanas por las bandas callejeras de principios de los 90, todo un acierto. De hecho es posiblemente el juego mejor valorado por los fans de GTA. El juego permitía múltiples opciones de personalización para Carl Johnson, el protagonista, además de llevarlo al gimnasio, a comer a restaurantes, tener citas, etcétera. Eso te permitía aún una mayor libertad no solo para hacer el ganso por ahí como ya estábamos acostumbrados, sino también para tratar de ser otro tipo de personaje. Pero aun con todo seguías siendo un pandillero, y era difícil salir de ese ambiente de tiroteos y drogas. 

Cuatro años después hace acto de presencia para las consolas de nueva generación la cuarta parte de la saga, con un nuevo motor gráfico, nuevas físicas y un realismo inusitado hasta la fecha. Aquí controlas a Niko Bellic, un inmigrante de Europa del Este y veterano de la guerra de Bosnia que trata de rehacer su vida en Liberty City, pero a los pocos minutos de poner un pie en la ciudad ya estás trabajando para los mafiosos locales, lo cual nos lleva de vuelta a los orígenes de Grand Theft Auto. Por muchas volteretas argumentales que diesen los juegos de la serie, se hacía imposible escapar del crimen. ¿Por qué no podías ser un ciudadano honrado?

Por fin, en el 2013 es lanzado mundialmente Grand Theft Auto V, el juego que nos ocupa, y conocemos por fin a Michael de Santa, el personaje del que te quiero hablar con mayor profundidad. Y es que esta quinta parte de la franquicia traía como novedad poder controlar a tres protagonistas en lugar de uno solo, pero… ¿por qué quiero centrarme en Michael?

Aquí tenemos por fin nuestro objeto de estudio. Mira qué traje más bien planchado y qué porte. Un señor de la cabeza a los pies, de ésos que ya no quedan.

La razón es que, si bien los tres personajes tienen un trasfondo y una historia detrás, este señor es el único que se acerca ligeramente a ese tipo de persona que yo quería controlar en un videojuego de esta serie. Michael no es un delincuente que llega nuevo a una ciudad y su meta es abrirse paso a base de tiros por el mundo del hampa, o un pandillero que aspira a ser el puto amo del barrio. Cuando jugamos como Michael estamos encarnando, por primera vez en Grand Theft Auto, a un hombre que tiene una familia, una buena casa con jardín, un coche, aficiones mas allá de cometer delitos…

De hecho esto es más importante de lo que pudiera parecer a primera vista, y Rockstar Games quiso incidir en ello en el estupendo tráiler de presentación del personaje. Michael es un cincuentón anclado en el pasado, que no sabe qué quiere hacer con su vida. A pesar de que lo tiene todo, su mundo se desmorona como un castillo de naipes a cada día que pasa. Empezando por su familia, desestructurada a más no poder: su mujer es una golfa que le pone los cuernos con el instructor de tenis, su hija mayor es una choni que solo aspira a convertirse en una famosilla de medio pelo dejando la poca dignidad que pudiera tener a un lado, y su hijo menor es un nini gordo pajillero comedoritos ( y lo peor es que seguro que lee este blog).

En resumidas cuentas, es una familia que no le respeta y que a la mínima le echa en cara todos los errores que comete y cometió en el pasado (nuestro protagonista tampoco es precisamente un angelito, no). Por eso Michael se encuentra perdido y se debate entre aferrarse con todas sus ganas a esa cotidianeidad, la que supuestamente es la opción correcta, o volver a su vida anterior de ladrón de bancos. 

Esta familia está hecha jirones y eso dará lugar a muchas situaciones que resultarán cómicas dentro del drama.   Tesituras que resultan originales para un juego como Grand Theft Auto.

No debemos olvidar que esto sigue siendo un GTA, por lo que evidentemente la trama empujará al bueno de Mike a desviarse por el lado de las fechorías. Pero la diferencia es que aquí hay un porqué, hay un trasfondo real con el que la mayoría de jugadores puede en cierta medida sentirse identificado. Ésa es la verdadera cualidad que hace destacar a este personaje sobre todos los demás de la saga. De hecho, veremos cómo Michael intenta esforzarse (a menudo sin éxito) por pasar tiempo con los suyos, protegerlos de todo mal y mantener bien atados los lazos familiares. Misiones como aquella en la que sales a dar una vuelta en bicicleta con tu hijo, o esa en la que vas a buscar a tu primogénita para evitar que se despoje de su dignidad en directo delante de todo el país. O aquellas veces que llevas a tu esposa de compras, o jugáis al tenis o practicáis yoga juntos, en un burdo intento por salvar vuestro matrimonio construido a base de mentiras. 

Aquí entra en escena un personaje que creo importantísimo para desarrollar el arco de personaje de Michael, y es el Dr. Isaiah Friedlander, el psiquiatra de nuestro protagonista. Durante el transcurso del juego tendremos varias sesiones de consulta con él y nos evaluará según hayamos actuado hasta el momento. Sinceramente, me parece mucho más innovador e interesante la posibilidad de analizar el comportamiento del personaje llevándolo a terapia que llevarlo a jugar a los bolos, al gimnasio o a hacerse un tatuaje. Y eso solo lo hemos podido hacer con Michael de Santa.

Entonces, una vez explicado todo esto, si tenemos por primera vez en Grand Theft Auto a un personaje con un trasfondo realista y cotidiano, interesante y diferente a lo que estábamos acostumbrados a ver en la serie, que ofrece un rol más maduro y creíble a la franquicia, ¿por qué la mayoría del público lo olvidó de forma tan abrupta?

Pues la razón principal resulta que tiene nombre y apellido: Trevor Philips. Otro de los personajes jugables en la aventura y uno de los principales compañeros de Michael. A diferencia de éste, Trevor viene a ser la representación física de lo que viene a ser Grand Theft Auto: es un psicópata, un loco esquizofrénico, violento, maleducado, misántropo, zafio, drogadicto, guarro… es la representación del caos y la destrucción más absolutos. 

Trevor Phillips, el novio ideal para tu hija.

Este demente acaparó la atención de todos los jugadores y se convirtió rápidamente en el favorito del grueso de jugadores. Su popularidad incluso podría compararse a la del mismísimo CJ, el protagonista de GTA San Andreas, y eso son palabras mayores, ojo cuidao.

No tengo nada en contra de Trevor. Al revés, me parece un tipo muy divertido y que marida con Grand Theft Auto mejor que un buen Rioja con un chuletón de Ávila, y además trae consigo una buena colección de momentos tan cómicos como estrafalarios. También entiendo que es el contrapunto perfecto para alguien como Michael, formando ambos un dúo muy efectivo. 

¿Cuál es el problema entonces? pues en primer lugar, en cierta forma me jode que opaque la figura de Michael. Como he explicado antes, éste es un personaje bien construido, con motivaciones realistas y que le hacen dar a la serie GTA un salto de madurez. “Eso es problema tuyo” dirás tú, y tienes toda la razón del mundo. Pero no puedo evitar pensar que Michael merecía más reconocimiento por los fans, y en gran parte gracias a Trevor todo lo bueno que Michael trajo a la saga quedó en nada.

Pues no, Michael, me temo que no puedo hacer nada más salvo escribir este artículo. No me mires a mí, tendrás que hablar con Rockstar o con la comunidad de fans de GTA V, lo siento.

En segundo lugar, considero que Trevor es un individuo demasiado básico incuso para Grand Theft Auto. Al contrario que Michael, no me parece que tenga un trasfondo elaborado o interesante, parece como si se hubiese incluido solo para contentar a aquellos que adoran hacer el borrico por la ciudad. Su idiosincracia parece más bien un conjunto de clichés puestos a lo loco formando un batiburrillo extraño que da como resultado a Trevor tras un minucioso estudio de márketing.

Me imagino que si le preguntaras al propio Trevor por qué es así, te respondería algo tipo “pues soy así porQUE TE JODAN HIJO DE PUTA, POR ESO”, te lanzaría una botella de cristal rota a la cara y ya estaría. No habría mayor justificación, porque ni la quiere ni la necesita.

Otro aspecto que me molesta de Trevor es que si bien el personaje es muy divertido, le resta seriedad y credibilidad al conjunto de la obra, con algunos momentos infantiles, escatológicos y absurdos porque sí. Es como el payaso de la clase, te partes de risa con él, pero al cabo de un rato puede terminar por cansar al más paciente. Ver monos lanzándose heces unos a otros puede ser descojonante, pero cuando llevan así varias horas, te darás cuenta de que huele demasiado mal como para seguir presenciando ese espectáculo, no sé si me entiendes. Y que te diga esto yo, que me parto el culo con cualquier chorrada, tiene delito. 

¡Mira, Trevor está cagando detrás de un contenedor! Humor sutil, inteligente y sofisticado. Y totalmente imprescindible para el avance de la trama.

Sé que puede parecer que le tengo manía al pobre Trevor por alguna retorcida razón, pero nada más lejos de la realidad. Insisto, me divierto mucho con el personaje y va de lujo para un juego como GTA V, pero creo que si uno rasca la superficie se dará cuenta de que no es un personaje bien elaborado, que hace las cosas porque sí, porque está loco y ya está, rompiendo totalmente con la identidad que Michael le brinda al juego y convirtiendo que una experiencia de juego que podría ser excelente a nivel argumental, se quede en una historia muy buena y graciosa, sin más. 

Por supuesto, habrá muchos que discrepen conmigo y puede que lleven toda la razón del mundo, pero he pensado mucho sobre esto y creo que Michael como personaje es un adelantado a su época que espero que con el tiempo se acabe por valorar como se merece dentro del contexto de la serie Grand Theft Auto.

Quizás, y solo quizás… el mundo no estaba preparado para Michael de Santa. 

 

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4 comentarios

  1. Poco más podemos decir que no hayas dicho a través de las palabras que conforman este gran post que te has currado. No, no has sido el único que quiso ser algo civilizado en cualquiera de las versiones de GTA, cumpliendo las normas y ser uno personaje más de sus vastas ciudades…cosa que duraba poco ya que a los minutos ya te habías saltado un semáforo o te perseguían por tener todas las estrellas de búsqueda llenas por sembrar el pánico montando en un tanque adquirido gracias a mágicos cheats.
    El caso es que has argumentado muy bien ese equilibrio entre ambos personajes, pues más allá de lo que pueda pasarle a Michael (que no es poco) tiene ese punto de serenidad que no se encuentra a la hora de manejar a Trevor siendo una representación del Yin y el Yang algo torcida, pero una representación al fin y al cabo,además, hay que contar que es el mentor de Franklin y eso hace que se le tome algo más en serio siendo este una figura paterna para el chaval.
    Lo dicho, nuestros dieces por traernos un nuevo post que nos alegra más la noticia del lanzamiento del nuevo juego de la saga.
    Un abrazote, tocayo y con ganas ya de leer el siguiente.

    1. Sobre Franklin no he querido hablar porque me parece que está ahí más bien de relleno, para contentar a los nostálgicos de San Andreas, y aunque sirve como hilo conductor de la historia de Michael y Trevor, a mí me dice más bien poco, la verdad. Pero sí, Michael y Trevor vienen a ser un poco las dos caras de la misma moneda, muy bien visto ahí.

      Gracias una vez más por leer y comentar. ¡Un abrazo grande!

  2. Excelso señor Empepinao86.
    Pero que maravilla de post te has currado, por favor. Ha sido todo un placer leerte, tanto por este estilo tan personal y cercano que plasmas en tus escritos como por este genial repaso a la franquicia GTA, pero sobre todo por el modo en que plasmas en mayor profundidad estos dos personajes que son Michael y Trevor. Tan distintos. Cada uno a un lado tan opuesto del espectro. Pero al mismo tan complementarios y siendo capaces de encajar a la perfección en el caótico universo del que forman parte cada uno a su modo. La verdad que no puedo estar más de acuerdo con tu análisis de ambos sujetos y creo que llevas mucha razón, o al menos en mi modo de ver comparto tu punto de vista. Trevor está ahí básicamente para que nos partamos de risa, para que lo flipemos en colores con sus animaladas mientras nos preguntamos varias veces “¿realmente acaba de hacer/decir eso?”” con una mezcla de sorpresa e incredulidad. Debería tener un cartel que dijera “Muy fuerte incluso para GTA”… y es una delicia controlarlo por sus delirantes acciones y líneas de diálogo, pero poco más. En cambio Michael, tal y como tan bien dices, es un personaje que toca más de cerca al jugador. Es más sólido. Tiene una historia, una razón de peso para hacer lo que ahce, una trama, personalidad, aficiones e intereses más allá de delinquir alegremente (es todo un señor pero al mismo tiempo un frikazo del cine que se sabe diálogos de memoria… ¡enorme Michael!) y una dualidad con la que combate constantemente que lo hace muy interesante al haber sacrificado su vida como mega máster del robo planificado para crear su propia familia por amor, y comprobar que le ha salido rana, para terminar unificando ambos aspectos de su vida. Vale, vale… no soy muy objetivo pues como ya te comenté, Michael es mi personaje favorito, pero una cosa no quita la otra.
    En fin, que me estoy liando.
    Concluyendo: Trevor mola, Michael merece más reconocimiento, y tu eres un crack absoluto. Me quito el sombrero y aplaudo tu capacidad de análisis.
    Un abrazo bien grande 😀

    1. Sabía yo que alguien con tu cultura y tu buen gusto apreciaría al personaje de Michael en su justa medida, así como mi artículo. El que se quita el sombrero soy yo ante ti por ser un tío tan de puta madre y por los pedazo comentarios que siempre me dejas. ¡Gracias muchas!

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