EMPEPIANÁLISIS FLORENCE

-UNA CUIDADA EVALUACIÓN A UN TÍTULO QUE SABE TOCAR LA FIBRA SENSIBLE-

“Pero Pepino, ¿qué es esto? te me estás amariconando a pasos agigantados. La gente quiere análisis de los Call of Duty y los Gears of War, no esto. Encima otra vez nos traes un juego indie que no conoce ni el que lo creó para dártelas de listillo y de sabelotodo. Anda y que te den, preñaburras”. Existe la posibilidad de que haya sido algo así lo que hayas pensado al cruzarte con este empepianálisis, y no me extrañaría en absoluto. 

Vale que el juego que te traigo en esta ocasión no es el típico shooter frenético de machotes hipermusculados e ultraviolentos, si no más bien todo lo contrario. Es un videojuego que trata sobre las relaciones de pareja, el amor y los sentimientos. Y quizá llamarlo videojuego no sea lo más acertado… vendría a ser más bien algo así como una novela interactiva. O no. No sé, es difícil de describir, pero sea como fuere es un título que me ha sorprendido y me ha gustado lo suficiente como para dedicarle un empepianálisis y así darlo a conocer a las cuatro personas que leéis este blog. Así que cierra el Tinder y déjate enamorar por lo que viene a continuación.

UNA NOVELA DE AMOR

Sin ningún lugar a dudas, la trama de Florence es el motor que mueve este juego. Es el eje central de todo y el responsable de que te quedes disfrutando de él “un ratito más”. Aquí vivimos en primera persona la historia de Florence Yeoh, una chica de 25 años como otra cualquiera. Asistiremos a lo que compone su día a día: levantarse para ir al trabajo, asearse, coger el bus, trabajar en la oficina… hasta que un día, de pura casualidad, conoce a un músico callejero del cual se enamora perdidamente.

Éste es el momento clave, cuando por fin Florence y Krish al fin comienzan a interactuar entre sí. La forma en la que llegan a conocerse es un cliché como una catedral, pero gusta igualmente.

A continuación acompañaremos a Florence en todas las etapas que componen una relación amorosa estándar: primeras citas, romance e idealización del otro, planes de pareja, convivencia, crisis… es una historia como cualquier otra, pero precisamente eso es lo que hace que enganche tanto, que activa la empatía del jugador porque seguro que se verá reflejado de uno u otro modo en esta relación y todos los momentos por los que pasa. Al menos a mí consiguió emocionarme y despertar mi curiosidad, jugando todo lo que mi tiempo me permitía para saber cómo continuaba esta historia.

Esta trama, por desgracia es muy corta y es posible completarla en algo menos de una hora, pero te dejará con el corazón encogido. Por otra parte, la forma de narrar los acontecimientos que suceden en este juego son muy del estilo inconfudible de Annapurna Interactive, la distribuidora indie que ha lanzado al mercado títulos como Outer Wilds, I am Dead, 12 Minutes, Telling Lies o What Remains of Edith Finch. Y por supuesto, también ha distribuído Florence. 

El juego realmente ha sido desarrollado por un pequeñísimo estudio de desarrollo australiano llamado Mountains, y con este sencillo título han demostrado que pueden hacer cosas diferentes al resto, con un aire fresco que trae buenas sensaciones consigo. 

Aunque esta historia sea corta, se hace intensa y provoca que los sentimientos del jugador afloren y se detenga por un momento a reflexionar sobre estos temas que a veces olvidamos. Y éste es su mayor logro. De hecho, diría que es el verdadero objetivo de esta obra.

¿Y recuerdas Gris? pues Florence, igual al igual que hace ese videojuego de Nomada Studio, te narra los hechos sin ninguna línea de diálogo. No hay voces en ningún momento ni tampoco texto, salvo el que presenta los distintos capítulos de los que se compone el juego o las imágenes contenidas en él. Y éste es un detalle que como ya dije en su día, me encanta y me parece genial que se pueda contar historias elaboradas sólo con imágenes, movimiento y música en perfecta conjunción.

TODA UNA CLASE DE ARTE

Si observas las imágenes que acompañan a este post verás que Florence huye del estilo visual propio del videojuego y abraza con fuerza el estilo del cómic y la novela gráfica. El apartado artístico de este título destaca por méritos propios. Lo que verás durante todo el juego son estas bonitas ilustraciones, simples y minimalistas, pero que a veces son capaces de transmitir aún más que una obra en 4K y que se mueve a 60 fps. 

La mayoría de las veces te encontrarás con imágenes estáticas o con ligeras animaciones muy sutiles, pero la paleta de colores, la belleza de las imágenes y el estilo del conjunto, acompañado por su asombrosa música, te hará olvidarte del aspecto técnico y dejarte llevar con una sonrisa de satisfacción. 

Este videojuego, que es el debut de Mountains en el sector, está disponible para Windows, macOS, Nintendo Switch, iOS y Android. Si bien yo solo he probado la versión de Windows, puedo decir que todo se mueve con la suavidad que cabría esperar, y hace un buen uso del motor Unity.

Los personajes están diseñados con un gusto exquisito, hacen la historia creíble y hacen que todo funcione como la seda. A pesar de usar un estilo de dibujo tan sencillo, nuestros protagonistas gozan de una gran expresividad y no podrás evitar involucrarte en lo que les ocurre, que es el verdadero objetivo de este videojuego.

MELODÍAS EMOCIONALES

¿Qué puedo decir sobre la música de Florence? como te imaginarás, la banda sonora, a cargo de Kevin Penkin, se constituye de diferentes piezas suaves, lentas y delicadas, en conjunción con el resto de la obra. Los instrumentos utilizados son piano, violonchelo, violín, flauta y clarinete. Con solo esos cinco elementos han conseguido componer unas piezas musicales que acarician todo tu ser, te embriagan con su buen gusto y encogen tu corazón. 

La banda sonora de Florence es una maravilla, y puedes escucharla gratuitamente en Spotify, iTunes, Apple Music y Google Play Music. Te la recomiendo muchísimo, y es más, te insto a que te la pongas de fondo mientras terminas de leer esta entrada.

Un detalle que me ha parecido brillante, sin paliativos de ningún tipo, es que cuando la trama gira en torno a Florence, el piano es el instrumento protagonista de las melodías, mientras que cuando la acción se centra en Krish es el violonchelo el instrumento prominente. Y tiene sentido, ya que Krish es un músico callejero que sueña con ser un repitado violonchelista.

Si obviamos la música y nos centramos en los efectos de sonido, hay muy poco que decir, ya que están ahí y cumplen su papel, pero son pocos y pasan desapercibidos. Esto no es un error del juego, si no que es algo totalmente intencionado, ya que de esta manera es la música quien lleva la batuta en el apartado sonoro de Florence. Cobra una importancia capital y con su lenguaje propio ayuda al jugador a introducirse en las vidas de los personajes. Es ella quien te guía en este bello viaje a través de las relaciones humanas.

¿ES FLORENCE REALMENTE UN VIDEOJUEGO?

Ésa es la pregunta que obligatoriamente se hace cada persona que trata de analizar este videojuego. Y es que si bien la trama, el apartado artístico y la banda sonora son geniales y de una belleza incomparables, la parte jugable es prácticamente nula, lo que convierte a Florence en algo más cercano a novela interactiva que a un videojuego propiamente dicho. 

¿Es eso algo necesariamente malo? ¡en absoluto! incluso se podría considerar como algo positivo y necesario, según como se mire, para que las mecánicas propias de los videojuegos no distraigan al jugador de la trama que acontece a Florence y Krish, que es la parte que realmente nos importa. Sin embargo, considero necesario hacer esta aclaración para que nadie se compre este título engañado, pensando que va a disfrutar de una incríble experiencia de juego, cuando más bien va a saborear una experiencia sobre todo visual, como si se tratase de un cómic.

Será solo en momentos muy concretos donde ejecutarás acciones para avanzar en la trama, pero la gran mayoría del tiempo simplemente irás pasando de una ilustración a otra. Florence no es el epítome de la jugabilidad, desde luego.

Seguro que ahora te preguntas si es posible tomar decisiones en este juego, y la respuesta es un rotundo no. Ésta es una historia cerrada, en la que tus acciones no influirán en el final. Esto sí es algo que decepciona un poco, porque incluyendo un sistema de toma de decisiones este título hubiera sido más largo y rejugable, además de esta forma uno se sentiría como una parte más activa en el destino de Florence y Krish. Hubiera estado genial poder elegir qué hacer en ciertos momentos basándote en tu propia experiencia en base a tu relación actual o relaciones pasadas obteniendo así distintos finales, lo que habría sido un plus muy grande. Sea como fuere, los creadores han decidido mantenerlo así, lo cual me parece una grandísima oportunidad perdida, aunque el resultado final sigue siendo muy bueno y disfrutable. 

Otra aspecto que cabe destacar negativamente y que ya he mencionado de pasada antes, es que Florence es demasiado corto. Es posible terminarlo en apenas 30 minutos. Corto, muy corto, pero intenso. Aun así me hubiera gustado poder disfrutar de una historia más extensa, que permita ahondar más en la trama y sobre todo indagar aun más en los sentimientos de la pareja. 

Las conversaciones se desarrollan así, con esta especie de puzzles en los que hay que formar el bocadillo propio del cómic, pero sin texto. Así que no sabremos exactamente qué dicen, pero lo intuiremos por el movimiento y la expresión de los protagonistas. Aunque no lo parezca, tienen una carga narrativa enorme.

Uno de los puntos fuertes de este título, sin embargo, es el lenguaje que utiliza. Te cuenta todo con una enorme sutileza y con metáforas visuales que te harán esbozar una sonrisilla de complicidad, como aquel que saborea una buena escena de una película maravillosa. Y es que a Florence hay que abordarlo desde ese prisma más que desde el enfoque de un videojuego al uso, porque no lo es.

Los creadores dijeron que querían hacer un juego sin violencia, al contrario, querían hacer un videojuego que tratase sobre el amor y las relaciones humanas. Y Florence es el resultado. 

Siéntate, ponte cómodo,  sírvete una bebida, colócate los cascos y comienza a deleitarte con la historia de Florence Yeoh. Y hazlo como si leyeras un libro o un cómic, como si te sentases a ver una película. No esperes ejecutar combinaciones de botones ni un gameplay intenso y trepidante. Florence se mueve en una delgada línea que oscila entre el videojuego y la novela interactiva. Una línea que representa algo novedoso, que tambalea junto a nuestros sentimientos y los hace oscilar al unísono. Florence no se juega con el mando, se “juega” con el corazón.

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2 comentarios

  1. Leído y disfrutado. De verdad que me parece muy digno de alabanza esta gran habilidad que tienes para traernos títulos de todo tipo y variedad: desde aquellos en que la acción toma parte importante, hasta aquellos que como este Florence nos ofrecen una experiencia jugable que va directamente al corazón y a la empatía del jugador. Me recuerda a títulos como el genial Gris o Journey, en que es más importante la experiencia emotiva de la trama que la acción en sí. Vamos, que me he quedado con ganas de jugarlo. Aparte que las animaciones me parecen de lo más interesante y me recuerdan mucho a los trabajos del ilustrador Quentin Blake (el que solía hacer los dibujos en los libros del autor Roald Dahl). Grandioso empepianálisis en que nuevamente nos presentas un título poco conocido pero muy interesante. ¡Eres un crack! Y esta recomendación de acomodarse y servirse una bebida me recuerda a algo *^_^*.

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