-UN ESTUDIO PORMENORIZADO DEL SIMULADOR DE VIDA MÁS AMBICIOSO JAMÁS HABIDO-
“Pero bueno Pepino, ¿a qué viene analizar este juego ahora? nadie se acuerda ya de él, igual que nadie se acordará de tu estúpido blog dentro de poco”. Si es ésta la idea que has proyectado en tu intelecto al ver esta entrada, te diré que llevas razón, casi nadie se acuerda ya de este videojuego. Es precisamente por eso que he decidido empepianalizarlo para ti y tratar de dejar una pequeña huella en nuestra memoria colectiva, para que no se pierda el legado que Spore nos dejó.
Y es que Spore no es un juego perfecto y de hecho dista mucho de serlo, pero hay que reconocerle la ambición que tuvieron en Maxis a la hora de desarrollarlo. Éste es un videojuego que se atrevió a tratar de abarcarlo TODO, y solo por eso merece su buena parte de reconocimiento y que yo le dedique un empepianálisis. No me enrollo más, ¡al lío!
HASTA EL INFINITO Y MÁS ALLÁ
Con esa mítica frase de Buzz Lightyear en la película Toy Story podríamos resumir el planteamiento que este juego nos propone. La historia de este juego es la que tú te quieras montar en tu cabeza, pero básicamente la sinopsis de Spore consiste en crear una forma de vida y guiarla a través de un viaje de miles de millones de años, desde que es un microscópico organismo unicelular hasta que consigue convertirse el ser vivo más evolucionado, preparado e inteligente jamás habido y dominar nada más y nada menos que todo el universo. ¿Entiendes ahora por qué digo que es el simulador de vida más ambicioso jamás habido?
Así es como empezarás la aventura de tu especie, diseñándola a tu gusto desde cero como si fueras un dios. Podrás decidir de qué se alimentará, qué métodos de movimiento tendrá, colores, mecanismos de defensa y ataque… las decisiones que tomes aquí solo tendrán importancia durante unos cuantos millones de años, así que tranquilo.
Puedes bautizar a tu criatura (y por consiguiente, a tu especie) como a ti te plazca y personalizarla a tu gusto. Podrá ser una criatura carnívora, omnívora o herbívora, puede que sea una especie apacible y simpática, o un letal depredador sin escrúpulos… la evolución dependerá de las decisiones que tomes y eso determinará la historia de tu especie.
De esta manera, poco a poco, tu especie se irá haciendo más fuerte e inteligente, hasta que desarrolle la tecnología capaz de surcar el espacio y colonizar planetas. Y ojo, que no estamos hablando de tres o cuatro planetas… hay aproximadamente 100.000 estrellas en el universo de Spore, cada una con su buen puñado de planetas visitables, todos distintos entre sí y habitados por criaturas, especies o incluso imperios intergalácticos de todo tipo, los cuales cuentan con distintas religiones, creencias y filosofías de vida que podrán comulgar o no con las tuyas. Echa cuentas, ¡el juego es casi infinito!
¿Te cuento un dato muy curioso? Es posible visitar nuestro sistema solar, con todos sus planetas y satélites, incluyendo la Tierra. Si te aburres, pues ya sabes, ponte a buscarla y conquístala o destrúyela, como prefieras.
Incluso el juego va todavía más allá y te ofrece una cadena de misiones con un final secreto si consigues llegar al centro exacto del universo. Como ves, no es que Spore tenga una trama definida como tal, pero te puedes montar mil y una historias… y horas de juego no te van a faltar, desde luego.
TODO UN LOGRO TECNOLÓGICO
¿Pero cómo lo han hecho? Ésa es la duda que nos asalta cuando hablamos del apartado gráfico de Spore, y no es porque los gráficos de este juego sean una completa maravilla visual que te haga llorar de emoción por su realismo o por su virtuosismo técnico. Nos haremos esa pregunta porque parece imposible introducir tantísimo contenido en el disco que contiene este software.
“Vale, ¿pero a qué te refieres exactamente, Pepino?” te preguntas ahora. Verás, al principio debes crear a tu moñeco y conforme el juego avance lo irás evolucionando y modificando a tu gusto según las necesidades del momento o el tipo de criatura a la que desees dar vida. Pues bien, ni a lo largo de toda tu vida creando bicharracos conseguirías realizar todas las combinaciones posibles existentes. Puedes modificar el metabolismo de tu creación, su altura, su forma, tamaño, color, pelaje, estampados, número y aspecto de ojos, de bocas, narices, orejas, aletas, patas, manos, pies, garras, alas, colas, púas, tentáculos, detalles decorativos, pinzas, cuernos, etc. Y encima cada uno de estos elementos trasciende a la jugabilidad, ya que te otorgarán una serie de habilidades diferentes según lo que escojas.
El hecho de poder crear casi cualquier criatura que se te ocurra es uno de mis aspectos favoritos del juego. El editor es completísimo. Hay mucha gente en Internet que se dedica a recrear pokémon o cosas así, y los puedes descargar y usarlos tú. O intentar hacerlos tú mismo desde cero.
Y eso no es todo, si no que cuando tu especie evoluciona y llega al estadio tribal, aún puedes personalizar todavía más a tus creaciones, poniéndoles ropajes tribales y elementos decorativos como coronas, brazaletes, penachos, máscaras rituales, vestimentas, armas, herramientas, etcétera.
¡Y aún hay más! cuando consigues que tu especie llegue a formar toda una señora civilización, los ropajes de tu especie también se actualizarán, y en lugar de llevar harapos propios de una tribu, podrás vestir a tus seres con vestimentas más futuristas, como mochilas, cascos espaciales, armaduras, coderas… incluso si quieres ir a la última puedes vestirlos con traje, corbata y un bonito sombrero de copa, si te apetece.
Pero lo que ya me terminó de estallar la cabeza fue que, en este punto del juego también puedes diseñar desde cero todos los edificios de tus ciudades: casas, fábricas, ayuntamientos, centros de ocio y demás. Y puedes hacer lo mismo con todos los vehículos que manejen los tuyos: vehículos terrestres, embarcaciones, aviones, y hasta tus naves espaciales, cuando consigas desarrollar esa tecnología.
Incluso puedo ir aún mas allá y contarte que cuando estás en el estadio del Espacio, viajando con tu nave tratando de conquistar el universo, puedes incluso terraformar los distintos planetas que vayas conquistando, o incluso destruirlos. Como verás, el límite lo pone tu imaginación.
Y además, puedes disfrutar de todas tus creaciones en partidas futuras. A mí me ha pasado estar jugando y de repente toparme con una de las especies que creé en una partida pasada, o incluso que alguna de ellas se convierta en un imperio y me declare la guerra. También puedes descargar diseños de todo tipo en Internet.
El editor de vehículos y edificios funciona igual que el de criaturas, es muy sencillo de usar y te ofrece incontables posibilidades. Me puedo tirar horas diseñando cosas. Aquí los chicos de Maxis se han ganado mi corazón.
En cuanto al apartado gráfico propiamente dicho, pues oye, ten en cuenta que hablamos de un título lanzado por EA en el año 2008. Aun así, los gráficos de este juego son muy adecuados a su temática, como podrás ver en las capturas que complementan esta entrada. Son coloridos y simpáticos, igual que la mayoría de las criaturas que te encontrarás a lo largo de tu aventura. Tampoco es oro todo lo que reluce, es posible toparse con algunos bugs gráficos menores, pero que en mi opinión no estropean la experiencia de juego en absoluto.
Mención aparte merece el variado arsenal de graciosas animaciones del que disponen los seres vivos de este juego, hechas con mucho mimo y dedicación y que les otorgan mucha viveza. La mayor parte del tiempo estarás con una sonrisilla en tus labios viendo a tus creaciones interactuando entre sí o con otras especies. Es todo un gustazo ver a tus monstruitos crecer, evolucionar y desarrollarse, lo cual es uno de los objetivos primordiales de Spore.
La expresividad de las distintas especies ayuda mucho a conseguir distintos efectos, y todo se complementa a la perfección con los sonidos que las criaturas son capaces de emitir para comunicarse.
SINFONÍAS UNIVERSALES
Voy a ser totalmente sincero: Spore no es un videojuego que destaque por su banda sonora. Eso no quita que las canciones que incluye este juego tienen totalmente el sello característico de los juegos de Maxis, como Simcity o los Sims. Melodías animadas y simpáticas, agradables al oído que te servirán como un amistoso compañero de viaje en tu aventura evolutiva.
Sin embargo, hay ciertos detalles en el aspecto sonoro que demuestran hasta dónde llega el cariño que le han puesto a este título. Por ejemplo, cuando consigues llegar al estadio de civilización, ¡puedes componer desde cero el himno de tu imperio! con todo lujo de efectos, percusiones, instrumentos y demás. Es algo que no me esperaba y que me sorprendió gratamente.
¿Quién dijo que la música no es importante en Spore? durante la etapa tribal, puedes aliarte con el resto de tribus sorprendiéndoles con tu virtuosismo con distintos instrumentos rituales. Así te ganarás sus corazones y podrás progresar sin hacer daño a nadie.
Y hay otros ejemplos que ponen en evidencia que Maxis pensó en todo a la hora de desarrollar este videojuego. Cuando estás en el estadio de criatura y estás diseñándola, según el tipo de boca que le pongas (pico, fauces, boca humanoide, etcétera) tendrá un tipo de voz y será capaz de emitir sonidos distintos. De hecho, conforme más evolucionada sea su boca (y por tanto sus cuerdas vocales) más facilidad tendrá tu criatura para impresionar a las demás con sus cantos, y así aliarse con ellas.
Esto también se aplica a los bailes rituales. Si tus brazos y piernas son simplones, no serás capaz de ejecutar unas danzas que impresionen al resto de seres vivos, pero si otorgas a tu criatura unos brazos o piernas de más calidad (aquellos que requieren más cantidad de ADN), serás capaz de marcarte unos bailes que satisfarán a todos y te convertirán en el bicho más popular y querido del planeta, literalmente.
En general, y tal como verás que sucede en todos los aspectos de Spore, la música no es que sea una maravilla absoluta, pero el mimo que le han puesto al apartado sonoro abre un enorme abanico de posibilidades jugables, lo cual es de agradecer.
IT`S EVOLUTION, BABY!
Como bien reza ese temazo de Pearl Jam y ya hemos explicado, la cosa va de la evolución. Spore nos plantea esta brillante idea y ofrece unos niveles absurdos de personalización enfermiza para llevarla a cabo.
“Bueno Pepino, todo esto que cuentas suena muy bien sobre el papel, ¿pero cómo se traduce todo esto en la jugabilidad?” es lo que toca que me preguntes ahora. Y yo te contesto que ésa es una excelente pregunta, y que me alegra que alguien tan inteligente como tú lea mi humilde blog. Efectivamente, Spore es un juego que abarca un sinfín de posibilidades como ya hemos visto, y el secreto para poder llevar a buen puerto esta propuesta jugable es dividir el juego en 5 etapas distintas, llamadas “estadios”, que voy a detallarte a continuación.
1) ESTADIO DE CÉLULA
Tras una cinemática en la que se ve a un meteorito colisionando con un planeta y dando origen a diversas formas de vida, comienza el juego. En este estadio eres un organismo microscópico, una célula diminuta que debe sobrevivir en un entorno hostil, ganando ADN para poder evolucionar y convertirte en una criatura inteligente, dando paso al siguiente nivel del juego.
La verdad es que este estadio es bastante divertido, la sensación de ser un organismo diminuto que va creciendo según se alimenta es total. Una lástima que sea tan corto, en apenas cinco o diez minutos lo habrás terminado.
La jugabilidad es en 2 dimensiones con una cámara cenital, ya que te mueves en una especie de “charco”. ¿Has jugado alguna vez al famoso juego web agar.io? pues ésta es la dinámica, salvando las distancias. Al principio eres una célula pequeñita y debes evitar a las células más grandes que tratarán de comerte, mientras vas creciendo y evolucionando a tu bichejo. Puedes decidir si serás herbívoro, carnívoro u omnívoro, puedes añadir partes defensivas o de ataque a tu célula… y básicamente tienes que comer para hacerte grande. Es muy simple, pero muy divertido.
2) ESTADIO DE CRIATURA
Posiblemente mi período favorito. Aquí has desarrollado un pequeño cerebro y extremidades, y te conviertes en un animalito pequeño que sale por primera vez del agua, forma un nido, comienza a reproducirse y a explorar el mundo que le rodea, y a relacionarse con otras criaturas del entorno. Puedes ser amigable u hostil con ellos, eso queda a tu elección. También comienzas a desarrollar habilidades básicas como saltar, así como diferentes habilidades sociales (cantar, bailar) y habilidades de pelea y exterminación. Tú verás lo que haces…
En mi primera partida me encontré de repente con esta especie que ves en la imagen, los Niñopepino, y no los he creado yo, te lo juro por lo que más quieras. Las risas que me eché no fueron pocas, y a pesar de que mi especie estaba diseñada para aniquilar a las demás, hice un esfuerzo por aliarme con ellos.
En este tramo del juego pasas a disfrutar una especie de aventura de exploración en tercera persona, y tu objetivo sigue siendo recolectar ADN para evolucionar y crecer aún más, ya sea haciendo amigos o enemigos. De esta forma conseguirás la inteligencia necesaria como para formar una tribu.
Puedes explorar el planeta todo lo que quieras e interactuar con todos sus habitantes, e ir viendo de qué forma te conviene más evolucionar. Como ya he dicho, para mí esta es mi parte favorita del juego con diferencia, sobre todo porque es aquí donde darás la forma final a tu criatura en el grandioso editor.
3) ESTADIO DE TRIBU
Bueno, pues a estas alturas el juego cambia radicalmente y se convierte en un juego de estrategia en tiempo real al estilo de Age of Empires. ¡Que sí, que hablo en serio! ya te dije que este videojuego trata de abarcarlo TODO, y eso se aplica también a la jugabilidad como puedes ver.
En esta parte ya no controlas a un solo individuo y vas por ahí explorando como pollo sin cabeza, y tu objetivo tampoco es ganar ADN para evolucionar, ya que tu proceso evolutivo está completo. Ahora diriges una sociedad mínimamente organizada aunque muy primitiva, y tienes un objetivo claro: dominar al resto de tribus emergentes en el planeta. Como siempre, tendrás dos vías principales para hacerlo, la vía pacifista o la vía bélica.
En este estadio tendrás que construir y mejorar tus chozas, que dan una serie de herramientas a tus aldeanos, algunas de recolección, otras para sorprender y agasajar al resto de tribus y ganarte su amistad o armas para eliminarlos. Y hasta puedes hacer bailes rituales para subir la moral de los tuyos. Mira, mira cómo bailotean, se parecen a tu cuñao borracho en la boda de tu prima.
Esta fase del juego también es simple pero divertida. Podrás formar aldeanos recolectores, pescadores, curanderos, guerreros y músicos. Un detalle que me ha llamado la atención es que ahora cada uno de los de tu especie tiene un nombre propio. Verás como nacen de huevos y van creciendo hasta convertirse en adultos. Tendrás que dejar a alguien custodiando tus reservas de comida para evitar que los animales salvajes te la roben, animales que también puedes domesticar y hacer una pequeña granja con ellos.
4) ESTADIO DE CIVILIZACIÓN
Cuando consigues establecerte como la tribu dominante en el planeta, pasas a formar una civilización. Si el estadio tribal recordaba vagamente a Age of Empires, por su jugabilidad éste recuerda un poco a sagas como Command & Conquer o Starcraft, salvando mucho las distancias.
Tengo que decir que en este trecho del juego la cosa se complica bastante, por eso es mi ciclo menos favorito. En esta ocasión ni siquiera controlas aldeanos, ya que éstos se quedan en las ciudades produciendo o bien disfrutando de los lugares de ocio que construirás para ellos. Porque en efecto, debes asegurarte de que tus ciudades sean productivas y que a la vez sus ciudadanos sean felices para que rindan más.
Gracias al fruto de su trabajo podrás construir vehículos que tú controlarás, ya sean terrestres, marítimos o aéreos, y con los que te moverás por todo el planeta tratando de imponerte al resto de civilizaciones que irán surgiendo después de la tuya, amenazando tu posición de poder.
Como viene siendo habitual en este juego, hay dos formas de hacer las cosas, en este caso controlar los vehículos y ciudades enemigos: por las buenas o por las malas. Por las malas sería usando tus bombas y tu artillería, y por las buenas sería a través de la propaganda de tus creencias religiosas. Aquí puedes ver cómo mis enemigos cortan mis comunicaciones y sacan hologramas gigantes para dirigirse a mi pueblo manifestando las estúpidas ideas de su estúpida religión. No me queda otra que reventarlos…
Como he comentado antes, en este estadio hay muchísimos aspectos que me han encantado. Puedes personalizar aún más a tus ciudadanos, tus edificios, tus vehículos e incluso el himno de tu glorioso imperio. Sin embargo, aquí se produce un abrupto aumento de la dificultad y se hace bastante difícil luchar por las fuentes de energía diseminadas por el mapa o defender tus ciudades. No obstante, aplaudo la idea, aunque la ejecución no termine de resultarme del todo satisfactoria. Si consigues someter al resto de civilizaciones y erigirte como gobernador supremo de tu planeta, el siguiente paso será desarrollar la tecnología de los viajes por el espacio, desbloqueando así el último estadio.
5) ESTADIO DEL ESPACIO
Éste es el último escalafón en tu ascenso a dominar el universo en su grandiosa totalidad, así como el más largo y difícil, pero a su vez más completo. En este punto es donde Spore brilla con luz propia y muestra todas sus cartas, para mostrarte el crecimiento exponencial de sus posibilidades. Es en este momento del juego cuando te das cuenta de que todo lo que has estado haciendo hasta ahora es luchar por el control de un planeta, una mísera roca que no supone absolutamente NADA si lo comparamos con la inmensidad del cosmos. Te queda mucha tarea por delante…
Puedes ir viajando de planeta en planeta como te dé la gana, aunque eso sí, debes tener siempre un ojo puesto en las reservas de combustible de tu nave y tener cuidado con las naves de especies hostiles, que te atacarán nada más verte si entras en su territorio, ya que se tomarán tu intromisión en sus dominios como una declaración de guerra.
En esta fase el juego pasa a ser una aventura de exploración espacial de proporciones bíblicas, y a diferencia de los anteriores estadios, sí tiene una especie de trama, la cual se irá desarrollando poco a poco con las misiones que vayas realizando. Ahora eres un recién ascendido piloto espacial que se embarca en la tarea de explorar los confines del firmamento, tratando de buscar nuevas fuentes de energía y nuevos recursos para los suyos, conocer nuevas formas de vida alienígenas y sus intenciones, nuevos planetas que reclamar como propios, etcétera.
Pronto te darás cuenta de que, efectivamente, hay una cantidad inmensa de seres distintos a ti y a los de tu especie, y que tendrás que lidiar con ellos de una u otra forma para obtener lo que quieres. Puede que algunos te ataquen porque te consideran una amenaza, y otros puede que quieran comerciar contigo o pedirte algunos favores.
Hay muchos tipos de misiones. Las hay de recolección de recursos, de exploración y colonización de planetas, de abducir con tu nave plantas o animales para su posterior estudio, de establecer rutas comerciales con aliados… y algunas incluso te proponen dilemas morales.
Me parece muy acertado este sistema de misiones porque, a pesar de la titánica dificultad de la tarea que tienes que hacer, te animan a seguir adelante por la mera curiosidad de saber más acerca de los enemigos y aliados que tienes cerca, o saber más sobre qué hay en aquel sistema, o en aquel planeta recóndito de allí…
Una vez revisadas una a una las distintas etapas que componen el juego, muy diferenciadas entre sí, toca valorar Spore en su conjunto. Para ello te diré que lo que me llamó la atención de este juego y me hizo comprarlo, jugarlo y empepianalizarlo fue el brillante y atrevido concepto que propone, y ver cómo lo transformaron en un videojuego.
Huelga decir que la idea que plantea Spore es absolutamente brillante, pero tampoco el juego en sí mismo, más allá de su concepto, tampoco es todo lo bueno que debería. Ciertas partes del juego pueden hacerse tediosas y algunas de sus mécanicas pecan de repetitivas, y en ocasiones uno no puede evitar pensar que Spore tiene una idea excelente, pero que podría haber tenido una mejor ejecución. También hay que recordar nuevamente que es un juego de 2008, por lo que Spore no deja de ser un hijo de su tiempo, donde la tecnología daba para lo que daba, y aun así se sobrepuso a los límites técnicos y gráficos de entonces con una idea revolucionaria, y eso es algo digno de reconocer. ¿Te imaginas un juego así a día de hoy? tal y como yo me lo imagino sería brutal. ¡Más Spore 2 y menos shooters de palo o mundos abiertos genéricos, por favor!
Aunque Spore tiene ciertas grietas en su jugabilidad, hay que reconocer que en cómputo general es bastante sólido y divertido. Solo con crear y personalizar a tus monstruos y verlos evolucionar ya te puedes tirar incontables horas jugando, y es que al final la cosa engancha mucho.
A pesar de que este juego me gusta mucho, entiendo perfectamente que Spore no trascendiera y quedara fácilmente relegado al olvido debido a que la parte jugable podría mejorar mucho, a decir verdad. Sin embargo, tal y como decía al inicio de este post, yo celebro y aplaudo que haya juegos así, que se atrevan a explorar conceptos diversos y que tengan tal nivel de ambición independientemente de que el resultado final sea mejor o peor.
Aprovecho este empepianálisis para reivindicar esto y recordar tanto este videojuego, que creo que merece un mayor reconocimiento, como recordar también que hay juegos que se atreven a hacer algo diferente, y que un día hubo desarrolladoras como Maxis, que exploraban otros conceptos de juego para satisfacción de los jugadores, antes de que empresas gigantes como EA las devoraran, las defecasen y las hicieran desaparecer, acabando así con las ideas originales y la creatividad.
Pero bueno, siempre habrá un nuevo amanecer alzándose en el horizonte, porque siempre queda un resquicio de inventiva, buenas ideas y amor puro por los videojuegos, porque siempre nos quedarán los indies y los juegos de antaño, ¿no crees?
4 comentarios
Y se viene el señor Pepino y nos recuerda todas aquellas horas que le echamos a este gran juego que llegó a nosotros a través de una compañera de clase que se lo compró porque le hizo gracia la portada mientras nos dejaban tiempo libre durante una visita “cultural”.Huelga decir que tras pagar ya le pedimos que nos lo dejase (para adquirirlo nosotros después versión Jack Sparrow ¡niños, no pirateéis! ).
Una vez ya en nuestras manos le dimos bastantes vueltas, pero por cosas del Karma tras conseguirlo de esa forma, nuestro PC petó para decir adiós y llevarse la partida (y otras muchas) al cielo de los juegos nunca acabados ??.
Una pena porque nos gustó mucho aunque nos pudimos sacar la espinita tiempo después jugando a la versión de DS, pero ya no nos llamaba tanto la atención.
Bueno,los dicho, un gran post que hace justicia a este adictivo y divertidísimo juego.
Nos leemos en el siguiente, crack!!!
Un abrazote!!!
El karma es lo que tiene… xD
Al final te has marcado una anécdota con moraleja y todo, ¡Qué grande!
Muchas gracias por leer y comentar, aprecio mucho todo el apoyo que recibo. ¡Nos vamos leyendo, un abrazote!
¡Salve Imperio Pepino, y honorables saludos del Imperio Pingüináceo!
Es verdad. Tengo que admitirlo. Spore tienes sus fallitos y como bien dices es hijo de su tiempo. Pero no puedo evitar sentir una ilusión tremenda al leer semejante pedazo de post que te has currado sobre el que es uno de mis videojuegos favoritos (incluso llegué a pillarme las expansiones “Creepy and Cute” y “Galaxy Hero” para dar aún más horas de juego a un título que de por si es tan infinito como puede serlo los Sims).
En serio, la de horas que he pasado terraformando planetas, creando criaturas para encontrarlas luego sueltas por el universo en forma salvaje, vehículos, edificios (nunca olvidaré la “Casa Cachonda”, “House of the Penguin”, o el “Hogar de la Risa” que cree a modo de edificios para entretenimiento de mis bichines XDXD), viviendo aventuras, negociando, creando distintos tipos de razas con ideologías distintas, y todo lo que ofrece, es simplemente bestial. Para mi fue un robatiempo absoluto y no veas como lo disfrutaba.
Si hasta me dan ganas de sacarle el polvo y disfrutarlo de nuevo tras leer tu genial post (por cierto, está actualmente en GOG con todos sus expansiones).
De verdad, gracias de corazón por tan maravillástico post.
¡Fin del comunicado!
Por cierto, con lo de los NiñosPepino he flipado XDXDXD
¡Salve, glorioso Imperio Pingüináceo! Fíjate que no tenía ni idea de que este juego te gustase tanto. De haberlo sabido, hubiera escrito esta entrada mucho antes.
Si he conseguido que te entre el gusanillo por jugarlo otra vez, es que he hecho bien mi trabajo. ¡Muchas gracias, señor!
PD: Lo de los Niñopepino fue la hostia, me faltaba el aire de tanto reír.