EMPEPIANÁLISIS CHORUS

-UNA EPIQUÍSIMA EPOPEYA ESPACIAL PUESTA A PRUEBA-

“¿Cómo? ¿empepianálisis de churros? Ya sabíamos que estabas mal de la cabeza, pero es que esto ya es demasiao hasta para tus estándares habituales…” – Que no hombre, que no lo has entendido (como de costumbre). Lo que te traigo en esta ocasión en el empepianálisis de un videojuego llamado Chorus (coro en inglés). Pero tranquilo, que no es un simulador de gospel ni canto gregoriano, qué va. En este arcade de naves disponible para Playstation 4, Playstation 5, Xbox One, Xbox Series y PC, se viene a salvar la galaxia pegando tiros a mansalva con nuestra nave espacial, como ya habrás deducido a estas alturas. Si es que eres listísimo.

Aquel que me conozca un poco sabrá que desde siempre me encantan los matamarcianos. Hay un juego de la primera Playstation, el Colony Wars: Vengeance (del cual hablé un poco en este artículo) que de pequeño me tenía loquísimo. Me encantaba cómo captaba la ambientación espacial a la perfección y lo real que se veía por aquel entonces. Estuve muchos años buscando algún juego más moderno que se pareciese aunque fuese un poco al Colony Wars. Lo intenté con Star Wars: Squadrons, que era básicamente lo que yo buscaba, pero por lo que fuese no me terminó de enganchar. Quizá sea porque no soy muy fan de la franquicia de George Lucas, no sé. 

Continuando incansablemente con mi búsqueda. finalmente me di de bruces con el título que te presento en esta ocasión. ¿Y sabes por qué te lo empepianalizo? Porque no es en absoluto el tipo de juego que yo quería, pero me atrevería a decir que casi que es aún mejor. ¡Venga, vamos a darnos una vuelta por el cosmos!

Lo típico, sales a dar una vuelta con tu nave y acabas en medio de una guerra galáctica.

UNA HISTORIA DE REDENCIÓN

Este videojuego de Deep Silver Fishlabs nos propone encarnar a Nara, posiblemente la mejor piloto de combate de toda la galaxia conocida. Tiene una conexión especial con su nave Forsaken, y cuando hablo de conexión no lo digo en el sentido figurativo, pues la nave está “habitada” por una IA super avanzada y autoconsciente, y juntos, nave y piloto, tienen una relación de pura simbiosis. De esta manera, ambos formaban el dúo más mortífero y temido de todo el universo. 

Y es que Nara y Forsaken ponían sus habilidades al servicio del Círculo, una secta dictatorial que tiene como objetivo dominar el universo a cualquier precio. Pero cuando el Profeta obligó a Nara a destruir un planeta entero, algo se removió dentro de ella y se dio cuenta de que estaba siguiendo a la gente equivocada. Dejó atrás a Forsaken y huyó desesperada al rincón más oculto de la galaxia lejos del Círculo y sus sectarios, para tratar de comenzar una nueva vida desde cero y en paz en una apacible comunidad minera.

Sin embargo, en su expansión interplanetaria el Círculo ha llegado a su localización con la amenaza de destruirlo todo, por lo que Nara no tendrá más remedio que enfrentarse a su pasado, y encontrar y convencer a Forsaken de que se una a ella una vez más para acabar con el culto maligno al que antaño sirvieron.

Las cinemáticas y sobre todo las constantes conversaciones entre Nara y Forsaken nos irán revelando todo lo que necesitamos saber para no perdernos en el argumento.

Si bien la historia no llega a ser un culebrón venezolano, sí es justo afirmar que tiene varios giros de guión interesantes y que el personaje principal está muy bien construido. Nara es una protagonista que me ha fascinado por su personalidad y carisma. Una mujer fuerte y valiente, pero a la misma vez vulnerable porque vive atormentada por la culpa de las atrocidades que cometió en el pasado. También la narrativa nos llevará en numerosas ocasiones a “oir” los pensamientos de Nara en susurros, lo cual nos hace conectar aún más con el personaje. Ya que en los últimos años se viene hablando mucho acerca de la necesidad de protagonistas femeninas fuertes y empoderadas en el cine, videojuegos y obras lúdicas de todo tipo, desde aquí reivindico la figura de Nara, que me ha parecido uno de los personajes femeninos más interesantes que he podido ver en bastante tiempo. Diría que solo por ella merece la pena darle una oportunidad a Chorus.

Y eso no es todo, porque habrá aún más herramientas para seguir de cerca las motivaciones de Nara, como las constantes conversaciones entre ella y Forsaken, que son oro puro en su mayoría, los diálogos con otros personajes secundarios y la posibilidad de visitar extrañas visiones de su pasado en tiempo real. Como ves, éste es un juego de naves que ha cuidado mucho el aspecto narrativo, algo que se agradece muchísimo en un título de estas características. 

EL FIRMAMENTO COMO LIENZO

Me apetece ahora pasar a hablar del apartado gráfico de este videojuego. Chorus en términos generales luce muy bien pero es que además rinde de manera excelente (al menos la versión de PC), ya que será el pan nuestro de cada día encontrarnos en un frenético y brutal combate espacial contra decenas de naves enemigas, esquivando láseres, lanzando torpedos y cargas de ametralladora, tratando de evitar las explosiones de los enemigos abatidos… todo eso a la vez, y con todo esto los frames por segundo no decaen en ningún momento. ¡Imagínate que los fps de repente bajaran en momentos así! Sería una bajona tremenda porque se perdería toda la fluidez del combate y entonces Chorus pasaría a ser un título poco más que injugable. Pero estamos de suerte, porque no es así para nada. Este título aguanta más que bien los 60 fps a una resolución de 4k.

Aunque quizá no te guste la temática espacial, no me negarás que el juego deja algunas estampas muy chulas. Fíjate en el tratamiento de las luces y destellos. 

Verás que la paleta de colores resulta muy monótona y sombría en la mayoría de las ocasiones porque claro, estás en el espacio y no en la casa del payaso de Micolor. Pero precisamente por eso destacan tanto los efectos visuales: las luces de los propulsores de las naves, los rayos láser, las estrellas lejanas emitiendo brillo en el horizonte… son una auténtica pasada y dejan unas estampas visuales dignas de una postal. Por suerte, Chorus cuenta con un completísimo modo foto para que comiences tu carrera como fotógrafo de la NASA. 

Sí es cierto que Nara en ocasiones parece como si le faltara un pulidito en su modelado o un filtro extra, pero no tiene mayor importancia porque tú no la controlarás a ella directamente, sino que siempre controlarás su nave, y es que Nara hará acto de aparición únicamente en las cinemáticas. Y puestos a dar algunas pequeñas quejas más, la interfaz es muy limpia y elegante, pero a veces, en el fragor de la batalla, resulta demasiado minimalista y hace que sea difícil seguir los objetivos. Y añadiría también que hay muy pocos modelos de personajes secundarios. Cuando tienes un diálogo con otro piloto, se abre una ventanita a la derecha de la pantalla donde se ve la imagen de tu interlocutor, pero esas imágenes se repiten mucho, por desgracia. Es una tontería pero que puede denotar falta de cariño por el detalle.

Pero eh, que estas quejas no te hagan descartar este juego, por favor. Son detallitos que me han molestado, pero sin más. Chorus sigue sacando buena nota en lo que a gráficos se refiere, no te preocupes. 

COROS DE VENGANZA

De acuerdo con los principios de la acústica, en el espacio no hay sonidos ya que la mayor parte está vacía, lo que impide que las ondas sonoras viajen. No obstante, esto no impide que Chorus tenga una banda sonora muy apañada que hará las delicias de aquellos que como yo, disfruten mucho de la música ambiental espacial. Esta banda sonora se caracteriza por evocar la sensación de viaje o exploración espacial. También se distingue por componerse de sonidos tranquilos e hipnóticos, a menudo utilizando sintetizadores y efectos de reverberación y eco. 

Con esta ensalada de ingredientes sonoros, la inmersión está más que asegurada. La epicidad recorrerá tus venas y te motivará a tope cuando vayas a iniciar una nueva refriega espacial. Cuando el combate comienza, la música cambia y ofrece tonos más agresivos y frenéticos, que acompañan perfectamente la acción. 

La ambientación es escalofriante y de lo mejor que he visto en un juego de naves de este tipo. A ello ayudarán los gráficos y los escenarios que visitaremos, pero también el sonido y la música juegan un papel importantísimo aquí.

Llegados a este punto es obligatorio alabar el trabajo de doblaje. Las voces están únicamente en inglés, ¡pero qué voces! La actriz que pone voz a Nara hace un trabajo sobresaliente. Su actuación hace que el personaje sea interesante y lleno de matices. Y cuando “oímos” los pensamientos de Nara mediante susurros, es casi ASMR, la madre que me parió. Acaricia tu oído y te dan ganas de seguir jugando para asegurarte de que todo le va bien a Nara. ¡No quieres que sufra ni le pase nada malo!

Y qué decir de la voz de nuestra inteligencia artificial favorita, Forsaken. Es una voz imponente, robótica y poderosa. Si yo fuese una IA estaría enamorada de Forsaken solo por su voz. El resto de personajes secundarios cumplen, aunque me temo que no hay mucha variedad de voces secundarias. No obstante, eso no quita que los sonidos y la música de este juego sean una gran oda a la odisea espacial que tan dignamente presenta. 

LA GUERRA DE LAS GALAXIAS

No es por menospreciar la franquicia de Star Wars, pero aquí sí que se lía un jaleo de proporciones cósmicas, y sin necesidad de sables láser ni midiclorianos. Voy al grano: Chorus no es un juego de naves más, sobre todo en el ámbito jugable. Y precisamente eso es lo que lo hace especial y merecedor de un empepianálisis por mi parte. Para empezar, no busca ser un simulador dejándote pilotar con una vista desde el interior de Forsaken, sino que controlas a tu astronave siempre desde una perspectiva en tercera persona. Esto será total y absolutamente necesario porque cuando estés en mitad de una trifulca la toma de decisiones será constante, y te verás obligado a reaccionar a todo en milésimas de segundo. Por ejemplo, deberás esquivar disparos mientras tratas de volar a través de una minúscula abertura de una nave acorazada, mientras apuntas tus misiles a un enemigo y le fríes el casco de su nave con tu ametralladora, pero en el último momento él desvía su trayectoria obligándote a fijar un nuevo objetivo al que perseguir, al cual tienes que reventar sus escudos con tu láser mientras activas tu dron de reparación para recuperar salud, etc. Si pestañeas, estás muerto. Y eso que no he hablado de los batallas contra los jefes finales, que multiplican todo esto por cien.

Tres palabras vendrán a tu mente todo el rato durante las refriegas: acción, frenesí y espectacularidad. Aquí es donde Chorus brilla con luz propia.

Pero ojo, que eso no es todo. Para añadir más variables jugables a las contiendas, puedes utilizar los poderes psíquicos que Nara irá despertando a lo largo de su aventura. Hablo de habilidades especiales (llamadas “ritos”) como teletransportarte por sorpresa tras un enemigo, desmateriaslizarte en una especie de cometa espacial que revienta todo a su paso, realizar una especie de “derrape” que te dará un control absolutamente preciso y fluido de tu nave, aturdir a tus enemigos desactivando sus escudos… te sentirás cada vez más poderosa, y verás cómo paulatinamente te conviertes en una cazadora violenta e incansable, una fuerza aniquiladora que te permitirá devastar a tus enemigos. Pero a su vez tendrás que luchar contra tus demonios internos. Todo esto quedará perfectamente reflejado en la jugabilidad.

En este videojuego el control cobra un protagonismo indiscutible. Imagínate que tuvieras que hacer todas las acciones que he expuerto en el párrafo anterior sin poder manejar bien los mandos de tu aeronave. Directamente sería para tirar este título al váter y tirar de la cadena, vaya. Pero no te preocupes, que no es el caso. No te negaré que al principio cuesta bastante acostumbrarse a los controles, pero por fortuna las primeras misiones son una especie de tutorial muy bien camuflado y te permitirá adaptarte poco a poco.

Otro buen añadido de este título es la posibilidad de estacionar en un hangar y cambiar o mejorar tu armamento y tus defensas con los créditos que vas ganando por tus misiones superadas. Así vas personalizando un poco tu estilo de combate, e incluso puedes conseguir bonificaciones especiales por instalar conjuntos de piezas determinadas. 

Ahora bien, debo advertirte de que no es oro todo lo que reluce. Verás, la jugabilidad de Chorus se sostiene sobre dos pilares. El primero de ellos es el combate espacial, que es una auténtica pasada como te acabo de contar. El segundo es un mundo semiabierto con todo lo que ello conlleva. Chorus se compone de varios escenarios conectados entre sí por portales. Y sí, lo has adivinado. Esos mapas estarán repletos de iconos, eventos aleatorios, coleccionables, misiones secundarias… y esto no debería ser necesariamente malo, pero el problema radica en que la gran mayoría de misiones secundarias son insulsas y repetitivas. 

Esto choca frontalmente con todo lo que ofrece a nivel de narrativa el argumento y toda la frenética diversión que otorgan las batallas. Estas misiones suelen ser las típicas de recadero, del estilo recoger materiales que hay diseminados por el espacio, escoltar un carguero, eliminar piratas espaciales, prestar combustible a una nave a la deriva, visitar recuerdos de personajes secundarios… todas estas premisas se repiten constantemente y al final el asunto acaba por resultar algo tedioso. Sí hay algunas cadenas de misiones secundarias con una trama más o menos elaborada que las hacen más interesantes, o algunas en las que la mecánica jugable cambia un poco. Por ejemplo, en algunas misiones específicas podrás pasar a pilotar un crucero espacial enorme que lleva armas hasta en el culo (imaginemos que los cruceros espaciales tienen culo) o retar a otro piloto a una carrera. 

Podríamos decir que Chorus se compone de tres partes: Acción, narrativa y exploración en mundo abierto. Esto último es lo único en lo que este título cojea un poco, pero aun así sigue siendo un videojuego muy disfrutable.

Bueno, como mi nave se va quedando corta de combustible, será mejor que vaya dejándote mis reflexiones finales sobre Chorus a modo de conclusión. Si buscas un shooter espacial arcade moderno, éste es el juego que seguramente estés buscando. Y es que pocas veces una nave espacial ha sido tan divertida de pilotar, y además con una buena trama detrás. ¿Te gustan las batallas espaciales intensas con un toque místico? Chorus tiene justo eso. Y es que éste es uno de esos tapados que merecen mucho más ruido del que han tenido. Un juego con personalidad, que ofrece algo distinto a la gran mayoría de videojuegos de hoy día, con muchas buenas ideas y muy bien ejecutadas.

Ahora apaga los motores, recarga el núcleo y no olvides mirar de reojo por si te persigue algún culto galáctico.
¡Te veré en la próxima misión!

 

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8 respuestas

  1. Gran empepiánalisis como siempre carck.

    Muy buena recomendación, no tenia idea de la existencia de este juego y me alegre mucho saber que aun hay buenas propuestas en este genero a día de hoy, que sinceramente siento que se lo ha abandonado bastante los últimos años. Aunque de vez en cuando el cosmos nos regala alguna que otra joyita.

    Respeto mucho que te guste la temática espacial pero no seas fan de Star Wars, a mi me pasa igual, no es que no me guste SW pero tampoco me vuelve loco. Puede que me equivoque pero algo me dice que Cowboy Bebop si que te gusta.

    Siempre es un places leerte, espero tu próximo post (cuando dejes de reventar naves en el espacio), un saludo.

    1. Exacto, es un género que se prodigaba más que los mosquitos en verano allá por los 80 y 90, para después irse diluyendo como un azucarillo en el café. Por eso valoro tanto este juego, porque se atreve a traer de vuelta un género relativamente muerto e innovar en él.

      Sobre mi próximo post, estoy preparando algo muy especial, un artículo que no se parece a nada que haya hecho antes… va a ser la risión, seguro. ¡Gracias por pasarte y comentar, crack, un abrazo!

    2. Por cierto, que se me olvidaba, no he visto nunca Cowboy Bebop, la verdad. No soy yo muy de manganimes. He oído hablar mucho y bien de él, pero nunca me ha dado por prestarle atención. Pero ahora ya me has despertado la curiosidad…

  2. Solo una palabra: ¡Waw!

    Aún no entiendo como esta maravilla de juego me ha pasado por debajo del radar, porque tiene una pintaza estupendérrima (suerte que estás tu ahí con este pedazo de post para presentarnos “Chorus”), y desde luego se me han quedado muchísimas ganas de echarle el guante.

    Si es que entre música, gráficos, jugabilidad y narrativa (¡las narrativas cuidadas siempre son bien!), se ve que debe ser de lo más disfrutable el liarse en combates espaciales tan espectaculares. Así que mil gracias por esta entrada, y un placer viajar por la galaxia en este empepianálisis.

    Un abrazo bien grande y nos seguimos leyendo.

    PD: Ahora me apetecen unos churros, mira…

    1. Precisamente por eso he querido dedicar un empepianálisis a este juego, porque sé que es muy desconocido para la gran mayoría (yo lo descubrí por casualidad) y oye, es una opción excelente para los amantes de la ciencia ficción y los juegos de navecicas que hacen pium pium. Algo dentro de mi me decía que Chorus podría interesarte a ti y mira, no me equivoqué.

      Ya me contarás qué te parece si lo pruebas. Muchas gracias por comentar. ¡Un besote, maestro!

      PD: ¡Qué ricos los churros!

  3. Ya no habíamos hecho ilusiones al principio del post creyendo que ibas a hablar de churros….Pero bueno, igualmente nos conformamos con el pedazo de análisis que te has marcado con este juego que,si bien es verdad que desconocíamos, nos ha llamado poderosamente la atención por su temática y por lo bien que lo vendes,tocayo.
    ¡Mejor que una docena de churros al uso,que al paso que van casi ya valen lo mismo que el juego!
    Lo dicho, tocará probarlo tras leer este post tan pepino.
    Un abrazote y nos seguimos leyendo sin falta.

    1. ¡Muchas gracias hombre! La verdad que unos churritos siempre entran genial, así que lo suyo es desayunarse unos cuantos y luego dedicarse a viciar a este juego que ha pasado muy de tapadillo y me ha resultado una grata sorpresa.

      ¡Un abrazote!

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