REGLAS NO ESCRITAS DE LOS VIDEOJUEGOS

-UN CARRUSEL DE EXTRAÑAS COSTUMBRES QUE PUEBLAN NUESTROS JUEGOS FAVORITOS-

“Madre mía Pepino, desde luego que no puedes ser más rebuscado… Vaya parida de tema para escribir un artículo te has sacado de la manga, colega. ¿De verdad esperas que alguien pierda su valioso tiempo en leer esta gilipollez? Pues buena suerte, la vas a necesitar y mucho”. Me da a mí que algo como esto ha expresado tu intelecto al cruzarse con este post. Y sí, no te voy a negar que parece un tanto rebuscado, pero simplemente me apetecía comentar contigo de forma jocosa y amena ciertos hábitos que se pueden ver regularmente en los videojuegos.

¿De qué estoy hablando? pues de prácticas dentro de los videojuegos que, con el paso de los años y sin saber muy bien cómo, hemos normalizado y de hecho vienen a ser un sello identitario de la cultura videojueguil. Y lo curioso es que si te paras a pensarlo y lo ves con perspectiva, estas situaciones son más raras que un torero con bigote. Si todavía no sabes de qué estoy hablando, ponte cómodo y sigue leyendo. Pronto lo entenderás.

LA COMIDA QUE TE ENCUENTRAS EL SUELO  ES SALUDABLE

Éste es el ejemplo más claro que te puedo poner. En infinidad de videojuegos, especialmente beat`em up y juegos run n`gun, es muy común coger comida del suelo, comértela y que te restaure tu salud. ¿A quién se le ocurrió eso? porque dicha práctica seguro que está prohibida por la OMS, y si no debería. Lo más normal sería que te diese una gastroenteritis de caballo con cagalera extrema incluida que te inhabilitase para volver a pelear por lo menos una semana. Pero aquí no. Aquí encontrarte un pollo asado en la basura o en mitad de una calle es motivo de algarabía y celebración. Como si estuviéramos en la España de la posguerra…

Un pollo asado, servido en  plato, con su guarnición y todo, en mitad de una calle frecuentada por yonkis y pandilleros… Esto sí que es una revolución culinaria. Chúpate esa, Ferran Adriá.

Hay de todo: patatas fritas, refrescos, fruta, pollos asados, hamburguesas, ensaladas… si en la vida real fuese tan fácil encontrar comida, no existiría el hambre en el mundo. Al menos, que esto suceda en los videojuegos le da un nuevo significado a eso de la “comida basura”. Sea como sea, por si acaso me veo en la obligación de lanzar públicamente el siguiente mensaje: Niños, no comáis cosas del suelo. Es caca. 

PUEDES ENTRAR A LAS CASAS DE LOS DEMÁS COMO Y CUANDO TE DE LA GANA

Éste es otro gran clásico de las normas no escritas de los videojuegos, en este caso de los juegos de rol. ¿Derecho a la inviolabilidad del domicilio? ¿derecho a la intimidad? ¿propiedad privada? ¿pero de qué estás hablando? esos conceptos no se aplican en estos videojuegos, maldito fascista. 

No me extraña que en los RPG abunden los bandidos, si es que lo ponen facilísimo para robar. La gente no solo no va a mostrar descontento alguno por el hecho de que estés impunemente allanando su morada, si no que encima parece que estén encantados con la idea de que un extraño se meta en su casa por las buenas, sin mediar palabra, ya sea a la hora de la comida, o por la noche mientras todos duermen, y se ponga a rebuscar en todos los cofres que encuentre. ¡Hasta le darán información valiosa y consejos útiles! De locos.

Joder Link, no te vale con irrumpir en una casa ajena, también tenías que robar la urna con las cenizas de la abuela…

Y si el héroe de turno simplemente entrase en las casas y no tocase nada pues aún tendría un pase, pero… en estos juegos todos hemos  entrando a las casas saltando, pegando espadazos al aire como locos o intentando atacar a los propietarios, revolviendo hasta el cajón de las bragas de la abuela, rompiendo cajas y jarrones… Y vale, acaban salvando al mundo, ¿pero a qué precio? 

Si lo piensas, los héroes de los juegos de rol son en realidad unos vándalos peligrosos. Se tenía que decir y se dijo.

PUEDES EVITAR QUE UNA PERSONA CAIGA AL SUELO A BASE DE PUÑETAZOS Y PATADAS

Éste es uno que me chirría bastante, la verdad. Se ve en casi todos los juegos de lucha y me parece una sobrada importante. De hecho, en el ámbito competitivo actual gana el jugador que primero consigue conectar un golpe que eleve al oponente por el aire para a continuación soltarle un combo de chorrocientos golpes mientras el otro intenta caer al suelo sin tener posibilidad alguna de defenderse. Como gran amante del género que soy, me parece aberrante esta práctica, cada vez más extendida. ¿Dónde quedó la técnica y la estrategia, el leer los movimientos del rival, el lograr realizar el contraataque perfecto…? pues nada, una hostia parriba y ya está, el rival ya puede soltar el mando que ya ha perdido ese round, porque mientras se mantenga en el aire va a recibir más palos que una estera. Y si incluso llegase a tocar el suelo o una pared no pasa nada, hay multitud de ataques que le harán rebotar de nuevo a los aires y a continuar el combo hasta llegar al KO. Lamentable.

Ascensor lowcost. Da igual a qué piso vayas, al caer te espera una paliza igualmente.

Además, hacer esto en la vida real sería imposible. Imagina que te estás peleando con un portero de discoteca que es un bicharraco de 120Kg. Suponiendo que fueses capaz de levantarlo en el aire a una altura superior a la tuya, intenta mantenerlo en el aire dándole puñetazos a ese cuerpo que se ve fuertemente atraído por la gravedad. ¿Crees que irá rebotando hacia arriba con cada impacto que le des como si fuese un balón de playa de Nivea? muy flipao estás tú, eh. Lo más normal es que te acabes haciendo daño tú, y que encima te acabes llevando una paliza por listo. No, ni el tipo más fuerte del planeta puede desplazar en el aire de un golpe a un cuerpo que cae, por mucho que en el Tekken sea así. Por si acaso, no intentes probarlo. 

LOS COMERCIANTES TE COMPRAN CUALQUIER COSA, SIEMPRE

La ley de la oferta y la demanda parece que no va del todo fina en los juegos de rol. Imagínate que eres panadero. Vendes pan. Pues de repente llega a tu tienda un tipo que en vez de comprarte pan, te quiere vender espadas oxidadas, unas botas viejas, ganzúas rotas y colas de basilisco. Por supuesto, te faltaría tiempo para mandarlo al carajo, pero los mercaderes de los juegos de rol te compran cualquier mierda sin pensárselo dos veces. Y encima ellos encantados, oye. Sin embargo me imagino a ese pobre panadero volviendo a casa, tratando de explicarle a su mujer que ese día en vez de ganar dinero vendiendo pan, ha gastado todos los ahorros de la familia en chatarra que no quiere nadie. Señor panadero, que sepa que usted hoy duerme en el sofá.

En The Elder Scrolls sí que cuidan este aspecto, y los tenderos solo compran aquello que les puede interesar. Ojalá Bethesda también pusiera tanto mimo en la saga a la hora de arreglar bugs.

Y ojo, que en algunos juegos incluso es posible vender a un tendero la mercancía que le habías robado previamente… el culmen del engaño, la picaresca y el hijoputismo, básicamente. Parece que los héroes de los juegos de rol hayan estudiado en la misma escuela que nuestros políticos. 

Afortunadamente los videojuegos evolucionan, y comienzan a verse juegos que no te permiten hacer este tipo de cosas, o incluso te recuerdan que ellos así no hacen negocio, como ocurre en Undertale, un videojuego que rompe constantemente la cuarta pared y se ríe de los tópicos de los RPG clásicos. Yo te recomendaría no ir a las tiendas del barrio a vender tus mierdas, a no ser que sea una casa de empeños o un Cash Converters. De otra forma podrías ganarte muchos enemigos en el círculo de empresarios de tu ciudad. Y ellos son gente poderosa y con contactos, así que cuidao.

SI TE ALCANZA UN DISPARO, CON AGACHARTE UN RATITO SE TE PASA

Esta regla no escrita de los videojuegos se popularizó en los Carlosdutys y demás videojuegos bélicos. En mis tiempos, cuando yo era mozo, tú jugabas a un shooter y si te querías curar tenías que pasar por encima de un botiquín como se ha hecho toda la vida. Pero de un tiempo a esta parte eso ha desaparecido y en su lugar se ha establecido que para curarte tan solo tienes que quedarte un rato agazapado, meditando tras una cobertura y tus heridas sanarán de forma más rápida que con el infalible sana sana culito de rana que siempre nos aplicaron nuestras madres. Da igual que te hayan pegado un cerrojazo en el pecho o te hayas comido una granada. Relájate unos segundos y verás como se te quita todo.

¡Ay, que me han dao! ¿¡Quién ha sío, que le meto con el mechero!?

Los síntomas suelen coincidir en todos estos juegos: primero se siente un golpe seco y sordo, emites un leve quejido de dolor y en tu campo visual intuyes una señal roja que indica el lugar del que proviene el impacto de bala. Tu vista comienza de forma paulatina a volverse roja, como ensangrentada. No me explico como puedes “ver” sangre incrustada en tus ojos cuando te disparan por la espalda, pero bueno. Y también percibes un sonoro pitido que te taladra los oídos y va in crescendo hasta que finalmente se diluye y vuelves a oír tus jadeos de desesperación.

Con este panorama, cualquiera diría que la vas a palmar más pronto que tarde. Pero oye, tras unos segundos de reposo te recuperas por completo y sin secuelas, listo para pegar tiros de nuevo. Parece que en los videojuegos existen los milagros. ¡Aleluya!

NADIE NECESITA CAGAR O MEAR

Vale, sé que estoy pecando de escatológico y pueril, pero no puedo evitar pensar esto cada vez que estoy enfrascado en un juego de aventuras. Por ejemplo, si estoy jugando a Tomb Raider, me cuesta creer que Lara Croft sea capaz de pasar varios días en unas ruinas en la jungla (por ejemplo) y no tenga que pararse un momento a orinar o a plantar un pino. O incluso a cambiarse la compresa, yo que sé. 

Sé que esto no va a pasar y que soy un mongolo por plantearme esta serie de cosas, pero la parte más inmadura y subnormal de mí no puede evitar descojonarse al pensar lo que molaría que Lara Croft tuviera que detenerse en un rincón a soltar un ñordaco y que mientras esté entretenida con Jordan colgando del aro viniera un tigre y la reventara a zarpazos, acabando éste lleno de vísceras, sangre y mierda. Soy un enfermo y necesito ayuda, lo sé. Pero ojo, que aun así hay algunos ejemplos de juegos que incluyen esta posibilidad, como Los Sims, aunque tratándose este caso de un simulador de vida no sé si lo podemos contar como válido.

Death Stranding es de los pocos juegos de aventura en los que el protagonista necesita cambiarle el agua al canario de vez en cuando, y hasta tiene impacto directo en la jugabilidad. Tenía que ser Kojima, cómo no.

Insisto, sé que el problema es mío y además es una soberana gilipollez porque por ejemplo en la literatura o en el cine tampoco pasa, y soy consciente de que es por el buen devenir de la trama. Imagínate que los espectadores que van al cine a ver El Señor de los Anillos tuvieran que ver cómo Frodo y Sam se paran a cagar detrás de un arbusto cada vez que les da un apretón durante su viaje. La película sería soporífera y duraría al menos una hora extra más, hora y media si el asunto viene con diarrea…

LOS MONSTRUOS COMEN ORO

De otra forma no se explica lo que ocurre en prácticamente todos los juegos de rol habidos y por haber. Siempre que tú o tu grupo de aventureros mate a un monstruo, ya sea un ogro, un esqueleto, un dragón, una araña gigante, un fantasma, un demonio, un jabalí o una rata, éste siempre dejará en su cadáver una determinada cantidad de oro,  siempre proporcional a lo difícil que fue ejecutarlo.

Aunque bueno, realmente existen otras explicaciones posibles, como que los monstruos estén realmente hechos de oro, o que todos lleven atado en algún lugar de su anatomía un saquito con monedas de oro. O que caguen oro y al morir se les relaje el esfínter, aunque esto último sería bastante complicado en el caso de los esqueletos y fantasmas.

Los esqueletos del Diablo llevan encima más dinero que yo, los jodíos.

Y ojo cuidao, que quien dice oro dice pociones de vida o maná a estrenar, joyería variada, pergaminos que contienen hechizos, armamento variado, piezas de armadura, ropajes, libros… Se ve que las criaturas que pueblan los juegos de rol dan más premios que la Tómbola Antojitos. ¿Pero de dónde sacan todo eso? porque oye, si me dices que es tan fácil ganar dinero u objetos valiosos me voy al campo a matar ratas con un palo ahora mismo, eh.

LOS BARRILES SIEMPRE EXPLOTAN

Terminamos con un clásico de los shooters, los juegos de aventura y los survival horror. Ay, los barriles, qué de buenos momentos videojueguiles nos han dado desde el inicio de los tiempos, desde que Donkey Kong nos lanzaba barriles en aquellas salas recreativas de los ochenta, pero la cosa no se iba a quedar ahí.

El asunto barrilesco evolucionó de forma que se llegó a un punto en el que todos los barriles tienen que explotar cuando reciben un disparo sí o sí. Lo dice la constitución del videojuego, o algo así. Y yo que lo celebro, porque pocas cosas hay más satisfactorias en esta vida que disparar a un barril y que éste detone una explosión que se lleve al otro barrio a todos los enemigos cercanos. Ese momento es de lo más lúdico que nunca han visto estos ojos, es videojuego en su expresión más pura.

Mira ese barril, ahí en medio de la calle y tan rojo. Te está pidiendo que le dispares. Venga tonto, pégale un tiro, si te va a gustar…

Hay ocasiones en las que incluso parece que todo está predestinado para que la explosión ocurra y cause la mayor destrucción posible, como cuando los enemigos utilizan el propio barril explosivo para cubrirse. En ese momento solo hay una cosa que puedes hacer: Esbozar una sonrisa de complicidad, asentir con la cabeza y apretar el gatillo a ese barril de color rojizo.

Hay dos tipos de barriles: Pueden ser rojos (y todo el mundo sabe que cuando algo es de color rojo es que explota) o ser grises pero con señales de peligro impresas en su superficie. Pero realmente no importan ni el color, ni la forma ni el tamaño, el resultado será el mismo: Una devastadora explosión de fuego, metralla y regocijo para tus sentidos. Y es que como decía Enrique Bunbury, todo arde si le aplicas la chispa adecuada…

EN CONCLUSIÓN

Espero que te hayas echado unas risas con estas reglas no escritas de los videojuegos, puesto que ése es mi único objetivo escribiendo esto. Son solo ocho, pero estoy seguro de que me he dejado muchísimas más por el camino… Si tienes alguna en mente no dudes en hacérmelo saber usando la caja de comentarios de abajo. Y mira, si te ha gustado esta entrada, quizá algún día me anime con una segunda parte, quién sabe. Tú mientras tanto, procura no comer cosas del suelo, ni disparar a barriles, ni matar animales en busca de dinero. La vida real no funciona así… por desgracia.

 

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10 comentarios

  1. Y de nuevo viene el tocayo y lo vuelve a hacer ¡Menuda sacada de chorra con este articulazo!
    Nos hemos reído bastante con algunas de las situaciones, sobre todo con la primera de la comida (“deformación´´ profesional, suponemos) y el momento del cambio del agua al canario. Nuestros dieces.
    Como bien dices, esto da para segunda parte, entre las que podíamos incluir cosas como “no vale pegar en pajaritos´´, “los inventarios infinitos de grandes items que nos caben en una mochila minúscula´´ o “la partida no vale porque este mando no funciona cuando se juega a dobles´´.
    Seguro que hay muchísimas más de estas reglas no escritas que vamos a poder leer en los comentarios, sin duda.
    Por nuestra parte solo nos queda agradecerte (de nuevo) que nos regales escritos tan grandes como este,señor Pepino.
    ¡Nos seguimos leyendo sin falta! Un abrazote.

  2. Es que no me jodas, mucho nos quejamos de los okupas pero esto es casi peor. Al menos los alfareros y artesanos de la cerámica están viviendo una edad dorada, venden como locos.

    Me alegra que te hayas reído, era mi idea. ¡Gracias y un abrazo!

  3. Jejejejeje… q cabrón. Gran artículo. Me he echado unas risas. El que sí había pensado muchas veces es lo de entrar en las casas, en los Zeldas, no dar ni los buenos días y reventar todas las tinajas y abrir los cofres. La madre que los parió.

  4. ¡Me parto, desternillo y mondo vivo oiga! Si tu intención era lograr que nos diéramos unas buenas risas leyendo este post, misión más que cumplida. Me lo he pasado en grande con este listado de normas no escritas en los videojuegos, asintiendo con la cabeza por la de veces que nos hemos encontrado estos tópicos en el mundo videojueguil, especialmente con el de la comida en el suelo (¿para qué ir al hospital cuando te están dando una paliza de órdago si rompiendo un cubo de basura aparece una deliciosa hamburguesa que te cura LO QUE SEA al momento?), y el de que pocos personajes de videojuegos necesitan hacer una visita al señor Roca. Me imagino a este protagonista de survival horror en pleno apretón: “Disculpe señor zombi, pero me estoy cagando/ ¡Ajá!, ¿de miedo verdad?/ No, de cagarme”. Simplemente genial. Mi más sincera enhorabuena por tan divertido artículo del que me gustaría ver una segunda parte, añadiendo algunas situaciones como que el agua puede ser mortal (estos sujetos que aguantan espadazos y tiros como si nada pero ponen un pie en el agua y la palman al momento), que el dinero no pesa absolutamente nada hasta el punto que puedes llevar encima chorrotropetecientas piezas de oro encima como si tal cosa, o una que me trae especialmente de cabeza: los bolsillos infinitos. Este es mucho de aventuras gráficas. ¿Cómo se explica que puedas llevar una escalera de mano o 15 metros de cuerda encima, entre otros muchos cachivaches, y seguir tan fresco?
    Pero por otro lado, ¿Qué sería de este mundo que tanto amamos sin estas peculiaridades que terminamos conociendo al dedillo y ya hasta contamos con ellas?
    En fin, que no me enrollo más. Un placer leerte y un abrazo bien grande.

    1. Eh, pues me apunto ésas que comentas para una posible segunda parte en el futuro, son muy buenas. Si al final entre todos podemos sacar una buena recopilación…

      Muchas gracias por dejarme tu comentario señor Tallopis. Me alegra saber que te has descojonado vivo porque es justo lo que pretendía. ¡Un saludote!

  5. Son, en efecto, situaciones a menudo fuera de toda lógica pero todavía nadie ha tratado de sustituirlas por algo más realista sin que ello afecte a la diversión. De hecho, ya solo el acto de comer o curarse requeriría de un tiempo que, evidentemente, los malos no te iban a dar (“Eh, esperad un instante, que me como esta manzana, me vendo y estoy con vosotros…”). Al final, los juegos no pueden dejar de ser lo que son: juegos. El resto es echarle imaginación 🙂

    Sin embargo, tengo que añadir que coincido contigo de pleno en lo de los juegos de lucha y la “moda” actual de los combos, tan largos como imposibles. Y es que, físicas aparte, ya en lo jugable son a mi parecer un incordio y no deberían existir, pero han ido evolucionando desde que, por accidente según dicen, se pudieran hacer de una manera mucho más simple pero también efectiva en Street Fighter II, de ahí que los incluyeran a propósito en la versión Super después. Si incluso el mismo primer Virtua Fighter, el padre de todos los juegos de lucha 3D, ya da esa posibilidad…

    Pero bueno, al final es lo que hay. Lo que cuenta es seguir disfrutando los videojuegos, aun con sus cosas ilógicas o, como las denominas, reglas no escritas. Un buen post, como siempre, Empepinao. Saludos.

    1. Molaría un taco que se diese la situación que dices de “eh, esperad, que me como esto y seguimos”, sería un descojone.

      Y sí, obviamente esto son juegos y necesitan de esa vertiente loca y extraña de la vida real para resultar divertidos. Muchas gracias por pasarte por aquí y comentar. ¡Un abrazaco!

  6. Yo no quiero una segunda parte de este artículo: ¡yo lo que quiero, directamente, es una sección fija en la empepiweb sobre las reglas (escritas o no) y costumbres videojueguiles!

    Es más, para facilitarte la labor, no tiene que ser tan larga como los artículos o empepianálisis, en lugar de una compilación puede ser en forma de publicaciones más cortitas y sin una periodicidad establecida, sino como como pequeñas pildoritas o en forma de “niveles bonus”: cuando se te ocurra una que veas que abre casuística, la escribes, ilustras, publicas y añades al repositorio.

    Así poco a poco, además de ir publicando más a menudo y darnos a tus fieles seguidores pequeños obsequios con los que saciar y mantener nuestro ansia viva, vas alimentando como una especie de enciclopedia o compendio de “reglas, tradiciones, costumbres, protocolos y maneras videojueguiles”, que se irá convirtiendo en objeto de consulta por lectores, aficionados, jugadores, filántropos, humanistas y curiosos en general, y más adelante obra de referencia y siente las bases de las tesis doctorales y estudios de las universidades más prestigiosas del ocio, diversión, cultura y divertimento de los siglos XX y XXI…vale, me estoy dejando llevar por el entusiasmo y me estoy flipando demasiado.

    Pero creo que la idea (y lo mucho que me ha gustado el artículo) ha quedado clara. El nombre lo dejo a tu elección, y su materialización a tu brillante creatividad.

    ¡Bravísimo, Pepino!

    1. Muchísimas gracias, la verdad es que la idea mola. Creo que trataré de ir recopilando más cosas TRAMBÓLIKAS como éstas y cuando tenga un buen puñao hago una segunda parte. No creo que dé como para una enciclopedia como tú dices, pero oye, al menos nos echamos unas risas por el camino. ¡Gracias de nuevo bonica, toma un besaco!

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